Caracteristicas de los ecosistemas
a. Acuático:
Esta clase de ecosistema los seres vivos se desarrollan en el agua.
Estos, adquieren características físicas muy similares entre sí como
consecuencia de su adaptación al agua. En este ecosistema las
variaciones de temperaturas no son muy marcadas, por lo que esta no
afecta la supervivencia de los seres vivos. Este ecosistema es el de
mayor tamaño ya que representan el 75%. Dentro de los ecosistemas
acuáticos se encuentran los siguientes:
Bentónico: estos se ubican en el fondo de los
ecosistemas acuáticos. En aquellos que no son muy profundos, los
principales habitantes son algas. En los de mayor profundidad, la
mayoría son consumidores.
Nectónicos: estos animales se desplazan con total
libertad ya que gracias a sus medios de locomoción pueden adaptarse a
las corrientes de agua.
Plactónicos: estos seres vivos viven flotando en el
agua terrestre o marina y son arrastrados por las corrientes de agua, no
se trasladan por movimientos propios.
Neustónicos: estos viven sobre la superficie del agua, flotando.
b. Aéreo:
Este tipo de ecosistema tiene la particularidad de ser de transición.
Ningún ser vivo lo habita permanentemente, sino que tienen que
descender a la tierra para el descanso, alimentación o procreación, por
lo que no resulta autosuficiente. A causa de esto, algunos lo ubican
dentro del ecosistema terrestre.
c. Terrestre:
Este ecosistema se desarrolla sobre la superficie de la Tierra
llamada Biósfera. Los individuos más numerosos en este ecosistema son
los insectos, de los que existen 900.000 especies. Las aves ocuparían el
segundo lugar, con unas 8.500 especies. En tercer lugar, los mamíferos
de los que hay 4.100 especies. A diferencia del ecosistema acuático, en
el terrestre los individuos presentan características mucho más
variadas, esto se debe a los numerosos factores que condicionan a las
especies. Entre estos los más importantes son: la radiación solar, la
disponibilidad de agua, nutrientes y luz. Otra característica de este
ecosistema es la necesidad que tienen, tanto los vegetales como
animales, de agua para la hidratación de sus organismos, por lo que sin
ella no podrían subsistir.
se habla de tres tipos de ecosistemas:
ECOSISTEMAS TERRESTRESBosque templadoTipo
de bosque que representa más o menos la mitad de la superficie forestal
del planeta y cubre unos 1.400 millones de hectáreas. La mayor parte de
los bosques templados, junto con los bosques boreales situados más al
norte, se encuentran en Rusia, América del Norte y Europa, y hay áreas
significativas en Australia, Nueva Zelanda, Chile, Argentina, el norte
de Asia, el norte de África y las costas de Suráfrica. Hay muchos tipos
diferentes de bosques templados, incluyendo los de coníferas y bosques
de hoja ancha, tanto perenne como caduca. Su biodiversidad suele ser
inferior a la de los bosques tropicales, pero varía mucho. Ciertos
bosques boreales contienen tan sólo cuatro o cinco especies de árboles,
incluyendo varios tipos de picea (Picea) y abedul (Betula), mientras que
la diversidad de los bosques templados húmedos se aproxima a la de los
bosques tropicales. Otros grupos comunes de especies presentes en los
bosques templados incluyen el roble (Quercus) y el haya (Fagus). Desde
la más remota antigüedad, los seres humanos han utilizado los bosques
templados para obtener leña, materiales de construcción, alimento,
plantas medicinales y refugio; además constituyen un elemento común a
muchas religiones, mitos y folclores.
Tras una larga historia de
deforestación, que se remonta a tiempos prehistóricos, la superficie que
ocupan los bosques de la zona templada del planeta está hoy
estabilizada y, a través de los procesos de conservación y gestión
forestal, incluso puede estar aumentando, al contrario de lo que ocurre
con los bosques tropicales. No obstante, cantidad no significa calidad.
Se siguen talando bosques templados naturales y seminaturales (llamados
también bosques vírgenes) en todo el mundo, que son reemplazados por
medios naturales (a través del proceso llamado sucesión) o, cada vez
más, por plantaciones de árboles diseñadas con la producción maderera en
mente. Si bien las plantaciones producen madera, aportan pocos de los
beneficios ambientales y los bienes sociales derivados de los bosques
naturales. Por ejemplo, sólo una pequeña proporción de las plantas y
animales silvestres pueden vivir en las plantaciones, a menudo
monocultivos de especies foráneas. La pérdida del bosque autóctono está
poniendo en peligro la supervivencia de ciertas especies, como el búho
moteado (Strix occidentalis) en Norteamérica y el pico dorsiblanco
(Dendrocopos leucotos) en Escandinavia.
En términos de bosques
naturales, las pérdidas en las regiones templadas han sido aún más
dramáticas que en los bosques tropicales. En Europa occidental y Estados
Unidos sólo queda un 1% del bosque original, y el resto es repoblado o
bosque regenerado por medios naturales. Cuando se tala totalmente un
bosque (es decir, cuando se cortan de una sola vez todos sus árboles),
los árboles que vuelven a crecer en él son muy distintos de los
originales. Hoy se debate el futuro de los bosques vírgenes en muchos
lugares, incluyendo el noroeste de Estados Unidos; Columbia Británica,
Alberta y Ontario en Canadá; y el norte de Laponia.
TundraTerreno
abierto y llano que ocupa la mayor parte de la tierra que se extiende
entre el límite septentrional del bosque y las regiones polares de hielo
y nieves perpetuas. La superficie presenta un aspecto pedregoso o
pantanoso, y la vegetación dominante se compone de ciperáceas,
ericáceas, musgos y líquenes, así como, en algunas zonas más
restringidas, sauces del Ártico. En las montañas de la zona templada
aparece un tipo de planicie parecida, por encima del límite altitudinal
de los árboles, a la que se denomina tundra alpina. En la región
antártica también existen algunas zonas de tundra.
CLIMA Y FORMACIÓN DEL PAISAJEEl
clima de la tundra se caracteriza por sus duros inviernos, bajas
temperaturas, escasas precipitaciones de lluvia o nieve y veranos
cortos. Por ejemplo, la media mensual de las temperaturas en la Tierra
de Baffin oscila entre los 7 °C y los -31 °C y la media anual es de -12
°C. En el interior de los continentes las temperaturas tienden a
extremarse, por lo que no hay variación en las medias anuales. El
permafrost —suelo permanentemente helado— cobra especial importancia en
la tundra ártica. La superficie de estos suelos se descongela en verano
hasta profundidades variables. La combinación de suelo helado y
superficies llanas de la tundra impide el drenaje del agua, que se
estanca en la superficie o satura la capa superior del terreno. Se
forman lagunas y ciénagas que proporcionan humedad a las plantas, lo que
compensa las escasas precipitaciones.
Las periódicas
congelaciones y deshielos del terreno en los lugares mejor drenados
producen grietas regulares en el suelo que forman polígonos. Donde el
drenaje es peor aparecen formas rugosas, irregulares, con montículos,
nódulos congelados y cordones de tierra. En verano, el deshielo de las
laderas puede provocar que los suelos se deslicen y se produzcan
aterrazamientos originados por solifluxión o corrimientos de tierra.
Todos estos modelos descritos para la tundra ártica aparecen en menor
escala en la tundra alpina. También es común el paisaje de roca pelada
cubierta de líquenes al que se llama páramo. Estas formas de relieve
propician una serie de pequeños hábitats que dan variedad al paisaje de
la tundra.
VIDA VEGETAL
El número de especies vegetales de la
tundra es pequeño y su crecimiento escaso. El periodo vegetativo de las
plantas es corto y se suelen reproducir asexualmente, por división o por
yemas, en vez de hacerlo por polinización.
La vegetación típica
del Ártico la componen hierbas ciperáceas y arbustos enanos de la
familia de las ericáceas, junto con asociaciones de musgos y líquenes.
Estas comunidades vegetales están adaptadas a los fuertes vientos y a
las alteraciones producidas por el hielo en los suelos. Todas pueden
realizar la fotosíntesis a bajas temperaturas y con poca intensidad de
luz durante los largos periodos de luz diurna de la tundra.
Las
comunidades vegetales de montaña están integradas por plantas
enmarañadas que no se dan en el Ártico. Estas plantas se adaptan a los
vientos racheados, las fuertes nevadas y las grandes fluctuaciones
térmicas. Realizan la fotosíntesis bajo una luz muy intensa durante los
cortos periodos de luz solar.
VIDA ANIMALLas especies
salvajes que viven próximas al polo norte son las mismas o muy parecidas
en todo el mundo. Al mismo tiempo, la dureza de este difícil ambiente
limita la variedad de vida animal que aparece. Los grandes rumiantes más
habituales agrupan al buey almizclero, al caribú y al reno, que se
alimentan de hierbas como las juncias, líquenes y sauces. La liebre
ártica o conejo de las nieves y el lemming se alimentan también de
especies herbáceas. Como depredadores aparecen el lobo, el zorro ártico y
el búho de las nieves. También se ven osos polares y, en ocasiones,
osos pardos. Durante el verano, muchas aves anidan entre los matorrales
de la tundra y se desplazan hacia climas más cálidos antes de que llegue
el invierno. Los invertebrados no son habituales, a excepción de
ciertos insectos como la mosca y el mosquito. Entre los animales de
montaña destacan el rebeco blanco, el muflón de las Rocosas, la liebre
silvadora, la marmota y la perdiz nival. Aunque en este hábitat no
abundan las moscas, sí las mariposas, escarabajos y saltamontes.
Carnero
de Dall El carnero de Dall, emparentado con el buey almizclero y con el
rebeco blanco, habita en las regiones rocosas de la tundra alpina y
ártica de Alaska y del Territorio del Yukón. El pelaje del carnero de
Dall varía del blanco al negro o gris dependiendo de las
subespecies.Oxford Scientific Films/Alan C. Lane
El ecosistema de
la tundra es muy sensible a cualquier alteración y su capacidad de
recuperarse muy limitada. La destrucción de su cubierta vegetal provoca
que el permafrost del suelo se descongele y sature de agua el terreno
con la consiguiente pérdida de suelos. La vida animal es particularmente
sensible a la destrucción de su entorno, viéndose afectada directamente
por la caza excesiva, que puede conducir a la extinción de cualquier
especie animal o vegetal de esta frágil e interdependiente comunidad
biológica.
Las sabanasSabana, pradera tropical poblada de
arbustos y árboles dispersos de varios tamaños. La aparición de la
sabana podría deberse a las características del suelo, a fuegos
periódicos provocados por rayos o por la acción humana, y a la
influencia del clima.
Que aparecen por razones climáticas, como
las del oeste y suroeste de África, se desarrollan en regiones con
estaciones húmeda y seca bien marcadas y una precipitación media anual
entre 100 y 400 mm. Estas sabanas van desde el bosque abierto con piso
bajo herbáceo hasta las auténticas sabanas, dominadas por las gramíneas.
Cuando las precipitaciones oscilan entre los 100 y los 200 mm anuales
sólo las gramíneas pueden resistir la estación seca. Cuando la
precipitación alcanza los 300 mm el suelo retiene humedad suficiente
para mantener arbustos. Si la lluvia caída supera los 300 mm anuales es
posible el desarrollo de árboles aislados. Cuando se superan los 400 mm
hay suficiente humedad durante la estación seca como para que los
árboles crezcan con mayor profusión, hasta formar un dosel que da sombra
a la pradera.
En regiones de pluviosidad más elevada, como el
este de África, la vegetación de sabana se mantiene debido a los
incendios periódicos. La combustión de la hierba seca al final de la
estación de las lluvias quema la vegetación boscosa. Esto detiene la
expansión de árboles y arbustos y estimula el crecimiento de las
gramíneas. El intenso apacentamiento de mamíferos como el ñu o la cebra
influye también en estas sabanas. Si los animales son muy abundantes
pueden reducir la vegetación hasta el punto de eliminar la cubierta
herbácea; entonces, la vegetación leñosa se incrementa, dando como
resultado un terreno arbolado. Este crecimiento de las plantas leñosas
puede verse reducido, a su vez, por la existencia de animales de gran
porte como los elefantes.
Entre las sabanas que vienen
determinadas por sus suelos se encuentran Los Llanos de Venezuela y el
cerrado de Brasil. Estos últimos se caracterizan por unos suelos
cubiertos por una dura costra, formada por óxidos de hierro. Las
gramíneas crecen en el suelo que se forma sobre esta costra, y las
raíces de los árboles aprovechan las fracturas de la misma para alcanzar
el agua del subsuelo.
EstepaParaje llano y muy extenso
que carece casi por completo de vegetación arbórea. El término estepa,
en sentido estricto, tiene su origen en la palabra rusa stepj (traducido
como desierto, en el sentido de no cultivado ni arbolado) con la que se
nombran las praderas de gramíneas de la zona templada de Rusia y de la
Europa del Este. Ahora bien, resulta realmente difícil recoger todas las
acepciones de este término, ya que se ha aplicado de forma generalizada
a numerosos tipos de formaciones vegetales desde el punto de vista
geobotánico, a diferentes fisiografías desde el punto de vista
geográfico y a otros tantos lugares desde un punto de vista zoológico.
Lo cierto es que, en sentido amplio, las estepas se distribuyen por todo
el globo bajo diferentes macroclimas y sus ejemplos más representativos
son las zonas esteparias de la antigua Unión Soviética, las praderas y
llanuras de EEUU, las pampas sudamericanas y el veld de Suráfrica. Estos
lugares se caracterizan por poseer una gran diversidad florística,
donde dominan las gramíneas, y unos suelos profundos, negros
(chernozem), que carecen del horizonte arcilloso de acumulación, de
extraordinaria fertilidad, por lo que desde hace mucho tiempo sustentan
grandes cabañas ganaderas.
Desde el punto de vista geobotánico,
la estepa pertenece al bioclima semiárido, frontera entre el desierto y
las zonas con vegetación arbolada. En este clima continental aumenta la
amplitud térmica: los veranos son más calurosos y los inviernos mucho
más fríos, y la temperatura media anual desciende. Al mismo tiempo las
precipitaciones anuales disminuyen y los veranos se vuelven cada vez más
áridos. Entre la zona arbolada y la estepa genuina se suele encontrar
una zona ecotónica llamada estepa arbolada, donde el factor dominante es
la topografía. No sucede lo mismo en la sabana tropical, donde el
factor dominante es el clima.
El desarrollo de una estepa genuina
es el siguiente: tras la fusión de la nieve el suelo está húmedo y
aumentan las temperaturas, desarrollándose una rica flora primaveral,
con Pulsatilla patens, Carex humilis, Adonis vernalis e Hyacinthus
leucophaeus. A mediados de mayo la estepa se viste de verde, floreciendo
multitud de gramíneas, entre las cuales nacen otras plantas, como
Lathyrus pannonicus e Iris aphylla, por ejemplo. A primeros de junio ya
empiezan a dominar las gramíneas Stipa joannis, otras especies de este
género y Bromus riparius. A finales de junio la estepa se vuelve blanca
por las inflorescencias de Trifolium montanum, Chrysanthemum
leucanthemum, Filipendula hexapetala y otras. Desde mediados de julio se
empiezan a secar las plantas, aparecen las panículas azuladas de
Delphinium litwinowi y más tarde los amentos pardo-rojizos de Veratrum
nigrum. A partir de agosto la estepa aparece seca y permanece así hasta
que llega la nieve.
PraderaEcosistema en el que las
gramíneas, juncias y otras plantas de pastizal constituyen la vegetación
dominante. Aunque en las praderas de las regiones templadas puedan
existir más de 50 especies de plantas vasculares y en las praderas
tropicales más de 200, en general, dos o tres especies de gramíneas son
las que dominan más del 60% de la biomasa del terreno.
Las
praderas pueden clasificarse como naturales, seminaturales y cultivadas.
Las praderas naturales ocupan, o lo hicieron en otros tiempos, grandes
áreas de masas continentales. Entre ellas se encuentran las praderas y
llanuras de Norteamérica, las pampas y los páramos de Sudamérica, el
veld de Suráfrica y las estepas euroasiáticas. Las praderas de la zona
templada prosperan en lugares con una precipitación anual entre los 250 y
los 750 mm, un alto grado de evaporación y sequías anuales y
estacionales. La pradera tropical es típica de regiones con estaciones
seca y húmeda bien diferenciadas. En la periferia de estas regiones
climáticas, el fuego es un factor importante para la conservación de las
praderas, al impedir el asentamiento de bosques en regiones húmedas y
de matorral desértico en regiones semiáridas.
Las praderas
seminaturales aparecen en lugares con suficiente humedad como para
permitir la subsistencia del bosque. También llamadas praderas de
transición, son el resultado de la deforestación y volverían a albergar
árboles si no fueran objeto de quemas, siega o pasto. Las praderas
cultivadas, como los campos de heno y los pastos, se introducen y
conservan de forma artificial. En general, contienen una o dos especies
de gramíneas, junto con alguna leguminosa, como el trébol o la alfalfa.
En
su estado natural, las praderas albergaron y alimentaron una fauna muy
variada. En Norteamérica, predominaban los herbívoros de gran tamaño
como el bisonte, así como sus depredadores. Asociados con estos
mamíferos, existían roedores herbívoros como los perritos de las
praderas y los ratones, aves herbívoras, halcones, serpientes e
insectos, sobre todo saltamontes.
Los suelos de las praderas son
muy fértiles. La escasez de lluvias evita la disolución de los
nutrientes de los suelos y la ausencia de la masa arbórea permite que la
hierba produzca un mantillo de especial riqueza orgánica. En
consecuencia, las praderas silvestres de las regiones templadas del
hemisferio norte se dedicaron a cultivos como el maíz y el trigo. Los
herbívoros autóctonos fueron sustituidos por ganado bovino y ovino y los
grandes depredadores están extinguidos en la actualidad.
DesiertoDesierto,
término aplicado a regiones áridas de la Tierra con escasez o carencia
de precipitaciones, poca o nula vegetación y limitada ocupación humana.
Tradicionalmente el término desierto alude a un área cuya precipitación
media anual es inferior a 250 mm y donde, en la mayoría de los casos, la
evaporación excede a la precipitación como resultado de una temperatura
media alta. Debido a la falta de humedad en el suelo y en la atmósfera,
los rayos del Sol inciden con fuerza. Las temperaturas durante el día
pueden alcanzar los 55 °C a la sombra; durante la noche, el suelo del
desierto irradia el calor a la atmósfera y las temperaturas pueden
descender hasta el punto de congelación (como sucede en el Sahara).
En
la actualidad, la palabra desierto también se aplica a las regiones de
hielos y nieves perpetuas de las latitudes polares (Groenlandia); así
como a las regiones de las latitudes medias del interior de los
continentes con escasas precipitaciones (Gobi), así como a las regiones
costeras comprendidas entre los 15º y 30º de latitud sometidas a la
influencia de las corrientes marítimas frías y con unas temperaturas
estivales frescas para su latitud (Atacama).
Los desiertos aparecen por una combinación de climas, rasgos geológicos y acción antrópica.
FORMACIÓN DEL PAISAJELas
alineaciones montañosas influyen en el desarrollo de los desiertos por
la creación de sombras pluviométricas. Cuando los vientos cargados de
humedad pasan por encima de las laderas de barlovento se enfrían y
pierden su humedad en forma de lluvia y nieve; por otro lado, el aire
más cálido desciende por las laderas de sotavento evaporando la humedad
del suelo. La Gran Cuenca, un desierto de Norteamérica, es resultado de
la sombra pluviométrica que produce sierra Nevada.
El paisaje
desértico es adusto, modelado por el viento y, paradójicamente, por el
agua. Cuando ésta llega al desierto, el suelo, desprotegido de
vegetación, se erosiona fácilmente. Los cañones se forman por donde el
agua desciende de las colinas. Desde los angulosos y erosionados picos
que forman las rocas más resistentes, los conos de deyección aluviales
depositan grandes cantidades de materiales no consolidados como arenas,
gravas y cantos angulosos en su base (denominados bajadas). Estas
laderas se nivelan para formar cuencas bajas llamadas playas. Durante
las escasas precipitaciones, las cuencas se llenan de agua. El agua de
lluvia, al evaporarse, deja tras de sí una capa brillante de la sal
disuelta en el suelo. Estos lagos salados son un rasgo común de algunos
desiertos. En el Gran Lago Salado de Utah, vestigio de un antiguo mar
interior alimentado por alguna entrada de agua dulce, la evaporación no
es nunca completa, pero sí suficiente como para concentrar sal en el
agua del lago.
Los vientos actúan como un chorro de arena sobre las
piedras, formando figuras curiosas y constituyendo las dunas típicas de
los desiertos arenosos, como el Sahara y varios desiertos de
Norteamérica. Los montículos de arena formados por el viento pueden
alcanzar alturas de más de 200 m en el Sahara y en los desiertos Arábigo
e Iraní. En aquellos lugares donde los vientos son fuertes y la arena
es relativamente escasa, como en el desierto de Atacama, las dunas
pueden formar figuras que se mueven continuamente a través de la
superficie desértica, así como crestas longitudinales, resultado de
vientos que soplan en una sola dirección, o tener figura de estrella en
regiones donde el viento sopla en todas direcciones.
ADAPTACIÓN VEGETALLas
plantas han desarrollado formas de conservar y usar eficientemente el
agua. Algunas plantas con flor viven como mucho unos días. Sus semillas
permanecen en el suelo, algunas veces durante años, hasta que las
precipitaciones las empapan y las hacen germinar y brotar rápidamente.
Las plantas leñosas de los desiertos, o bien tienen largos sistemas de
raíces que alcanzan fuentes profundas de agua, o bien han extendido
raíces poco profundas que son capaces de captar rápidamente la humedad
que el rocío y las lluvias ocasionales dejan en la superficie. Las
plantas del desierto tienen normalmente las hojas pequeñas; esto permite
que conserven el agua mediante la reducción del área por la que
transpiran. Otras plantas pierden sus hojas periódicamente. El proceso
de fotosíntesis, que se realiza principalmente a través de las hojas y
mediante el cual la luz del Sol se convierte en energía almacenada, es
realizado en el desierto por los tallos. Parte de las plantas del
desierto son carnosas y guardan agua en sus hojas, tallos y raíces; las
espinas, que son hojas modificadas, sirven para proteger el agua
presente en su interior. Estas plantas pueden tomar y conservar dióxido
de carbono sólo por las noches; durante el día sus estomas, o poros,
están cerrados para evitar la evaporación. Las plantas desérticas que
crecen en suelos salinos pueden concentrar sal en su savia y luego
segregarla a través de sus hojas.
ADAPTACIÓN ANIMALLos pocos
anfibios que existen entre los animales del desierto son capaces de
estar largo tiempo en letargo durante los periodos secos. Cuando llegan
las lluvias, maduran rápidamente, se aparean y ponen huevos. Muchos
pájaros y roedores sólo se reproducen durante los periodos siguientes a
las lluvias de invierno, época en la que se produce el crecimiento de la
vegetación. Algunos roedores del desierto, como la rata canguro
norteamericana y el jerbillo africano, se alimentan de semillas secas;
sus procesos metabólicos son extremadamente eficaces para conservar y
reciclar agua, y su orina está altamente concentrada. Varios mamíferos
del desierto, como el camello, son capaces de soportar una
deshidratación considerable. La mayoría de los reptiles y mamíferos son
nocturnos y permanecen en madrigueras frescas o a la sombra durante el
día. Algunos reptiles, como el lagarto cornudo, pueden controlar la
producción de calor de su cuerpo, variando el ritmo de los latidos de su
corazón y su metabolismo. Mamíferos como el órix, poseen la capacidad
de hacer oscilar las temperaturas de sus cuerpos captando calor durante
el día y liberándolo durante la noche.
SELVACon su múltiple
variedad de especies vegetales y animales, las selvas tropicales son los
biomas más productivos de la Tierra y los de mayor biodiversidad. Se
caracterizan por temperaturas medias anuales de 25'C, abundantes
precipitaciones, de hasta 4.500 milímetros por año, y su factor
limitante es la luz.
Las selvas se extienden en forma discontinua
sobre dilatados territorios; la presencia de montañas, mesetas, lagos,
pantanos y ríos impide que cubra toda la zona ecuatorial. La selva
virgen se ubica en América Central y del Sur, África Central y en
Malasia e lndonesia. El paisaje es parecido en todas esas áreas, pero
cada una de ellas tiene características propias.
El suelo, que
proporciona agua y sales minerales es poco fértil en la selva, ya que la
materia orgánica es rápidamente descompuesta por el calor y la humedad,
y los nutrientes son lavados por las intensas lluvias. Además,
permanece húmedo, ya que el follaje espeso absorbe casi toda la luz y no
permite el paso de los rayos solares hacia el interior. La visibilidad
alcanza unos 20 metros.
Una vegetación espesa
La vegetación
dominante es arbórea, con ejemplares de 20 hasta 40 metros de altura.
Contra lo que se cree, los árboles de troncos altos y sin ramas bajas
integran un paisaje en el que es relativamente fácil desplazarse.
También
abundan las plantas epífitas -que viven sobre otras-, las típicas
enredaderas leñosas llamadas lianas, los helechos, los arbustos y otras
infinitas especies. Prosperan incluso formas de vida pertenecientes al
reino de los hongos, las protistas y las moneras. Al carecer de clima
frío, las plantas conservan su follaje durante todo el año.
La mayor parte de la vegetación consiste en árboles de madera dura, con muy pocas plantas herbáceas.
Opuestamente
a alguna zonas boscosas de Europa o de América del Norte, donde hay
pocas especies arbóreas predominantes y a veces una sola (por ejemplo
pinares o robledales), en la selva virgen prosperan unas cien especies
distintas de árboles por hectárea. Suele haber dos niveles de altura, el
superior, que alcanza a 30 y más metros, y el sotobosque, que llega
hasta los 15 metros.
Las lianas, los helechos, las plantas con flores
y ciertas algas y musgos pueden crecer en la selva, pero sólo en la
zona de mayor altura, donde reciben suficiente luz.
ECOSISTEMAS ACUATICOSLos
ecosistemas acuáticos son aquellos en los que los animales y plantas
viven o se relacionan con seres vivos en el agua. Dependiendo del tipo
de agua podemos definir distintos tipos de hábitat acuáticos: de agua
dulce y de agua salada. Si tomamos en cuenta otros factores abióticos,
podremos subdividirlos:
Los distintos vegetales y animales de cada
uno de ellos tiene características especiales que les permiten adaptarse
a su hábitat.